Llevo un rato dando vueltas y haciendo otras cosas para no ponerme a escribir esto. Para que no se me llenen los ojos de lágrimas. Porque podría parecer una tontería que me ponga tan triste porque se haya roto la cámara definitivamente. Pero algo dentro de mi se rompe. Ha sido mucho más que un simple objeto. Ha sido mi tabla de salvación en los momento más complicados de mi vida, de la tesis, de Argentina. Miles de fotos, más de 25.000 en los dos años y medio que ha viajado en mi bolso, día tras día. No creo que nadie pueda entender la profundidad del sentimiento que asocio a esta cámara. Mi válvula de escape cuando mi familia no podía estar conmigo, cuando mi vida parecía que no iba hacia delante, cuando los amigos no estaban a mi lado. Una vía para conocerme y aceptarme. Para crecer. Habrá otras, pero ninguna como esta. de rAnita nOe