Hay tragedias que no podemos entender. Hay circunstancias inesperadas que nos tumban, que nos dan un vuelco a la vida y no sabemos por qué. Por qué nosotros.
Yo no puedo entender por qué de repente tu pequeño corazón dejó de latir, cuando todos te estábamos esperando, con tantas ganas de conocerte.
Hoy somos una familia rota, el dolor es abrumador a pesar de la entereza y la fuerza de tus padres.
Hoy lloramos porque Daniel no va a despertarlos con sus llantos, no se raspará las rodillas, ni esperará la llegada del ratoncito Pérez cuando se le caiga un diente.
Hoy no podemos entender porque a pocos días de nacer, Daniel, dejó de vivir.
Y es con lágrimas en los ojos que pedimos hoy, y más que nunca, el cumplimiento de las promesas de Dios, porque a pesar del dolor sabemos que nuestro Dios vive, nuestro Dios salva.
Y un día veremos a Daniel en el reino de los cielos.
"No tengas miedo, porque he pagado tu rescate;
te he llamado por nombre; eres mío.
Cuando pases por aguas profundas,
yo estaré contigo.
Cuando pases por ríos de dificultad,
no te ahogarás.
Cuando pases por el fuego de la opresión,
no te quemarás;
las llamas no te consumirán.
Pues yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu Salvador.
(...) Eres muy precioso para mí.
Recibes honra, y yo te amo".
(Isaías 43:1-4) NTV
"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron" Apocalipsis 21:4
"Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero." 1 Tesalonicenses 4:16
de rAnita nOe
Comentarios
Un beso