(las palabras que no digo se convierten en lágrimas que no quiero llorar. se me anudan en la garganta y no me dejan respirar.
una de las cosas más difíciles que me ha pasado en esta vida es tener que contener las palabras ante quien no está preparado para escucharlas pero que necesita desesperadamente que alguien se las diga.
me gustaría susurrarle al viento todas las cosas que quiero decirte para que mi voz flote hasta ti, y puedas descubrir que te veo como tú no te sabes ver, que quizás a mi pesar, te quiero como tú no te sabes querer.)
hace un par de años que no hago ningún propósito de año nuevo, he tratado de aprender a disfrutar de la vida como viene y a hacer todo aquello que pueda, aunque sea inesperado. este año ha sido diferente, porque desde antes que empezara ya tenía la necesidad de cumplir con un proyecto, impuesto por la vida, de los que no se pueden rechazar. ya contaba los días antes de que estrenáramos el 1 de enero, y acumulaba coraje, lágrimas e incertidumbre ante la que se me venía encima.
nunca me ha tocado estar sola, aunque haya habido veces en las que me haya sentido aislada, sin poder decir realmente lo que llenaba mi cabeza por miedo a asustar a los demás, o quizás por miedo a asustarme más a mi misma.
han pasado los días, unos más lentos que otros, unos más fáciles de vivir, otros menos, pero han pasado.
han pasado las cosas, la mayoría por primera vez, y he tenido que aprender a conocerme otra vez, físicamente. he aprendido que a lo que estaba acostumbrada no era precisamente a lo normal.
he dormido mi cansancio y llorado mi inseguridad. he saboreado mi impaciencia como un caramelo duro que tarda en deshacerse y he aprendido, un poquito, a dejarme llevar, a aceptar que las cosas que no se pueden cambiar hay que vivirlas y ya.
he descubierto que aquellas personas con las que contaba no han querido estar conmigo, y que aquellos que menos lo esperaba se han dedicado a hacerme sentir arropada y querida de las maneras más simples y completas.
he aprendido, o por lo menos experimentado, que cuando se acaba el poder humano, el poder de Dios todavía es capaz de ir más allá, hasta dónde yo no lo esperaba, llenando mi vida de bendiciones con la gente más inesperada.
todavía estoy a una tomografía de poder decir que estoy libre del cáncer, pero hasta aquí me ha ayudado Dios.
de rAnita nOe
Comentarios
Hoy he decidido dar una vuelta por este mundo que nunca olvidé pero que quizás abandoné. Me he dado cuenta de que la vida pasa y sigue.
Un abrazo muy fuerte, de verdad.
Por cierto, ahora aparece mi nombre real pero sigo siendo el que era. Nocheoscura.
Gracias por volver, se siente algo agradable en el corazón cuando sabes que la gente está ahí.
He tenido el blog un poco abandonado, pero puedo decirte que los resultados han salido bien y gracias a Dios y a los médicos ya estoy libre de cáncer.
Un abrazo