No voy a decirte que se te marcan las arrugas sobre la piel.
Eso es cosa del siglo pasado.
Hoy puedo decirte que se te marcan las decisiones. En el fondo de tus ojos, aparecen como un rasguño más oscuro, algo que no puedo identificar, pero que se que está ahí. Con el tiempo, las piezas del puzzle de tu vida se van juntando mientras yo te observo, y entonces me doy cuenta del significado de aquellos ligeros rasguños que están ahí desde el principio. Aunque tus palabras las negaron, aunque ahora digas que no sabes, que necesitas tiempo, que aun es pronto.
Tus decisiones saltan a la vista como el color de tu pelo. Y no te digo nada, porque solo espero el momento en que tu mismo te des cuenta de que hace mucho tiempo que decidiste no regresar. Ahora solo tienes que encontrar los motivos.
Fue mucho más fácil que te marcharas diciendo que ibas a volver. Aunque quizás, como tu, que ya tomaste las decisiones sin saberlo aun, yo ya sabía, en el fondo, que te ibas para no volver. Se feliz. Pero FELIZ con mayusculas. Aquí o ahí
de rAnita nOe
Eso es cosa del siglo pasado.
Hoy puedo decirte que se te marcan las decisiones. En el fondo de tus ojos, aparecen como un rasguño más oscuro, algo que no puedo identificar, pero que se que está ahí. Con el tiempo, las piezas del puzzle de tu vida se van juntando mientras yo te observo, y entonces me doy cuenta del significado de aquellos ligeros rasguños que están ahí desde el principio. Aunque tus palabras las negaron, aunque ahora digas que no sabes, que necesitas tiempo, que aun es pronto.
Tus decisiones saltan a la vista como el color de tu pelo. Y no te digo nada, porque solo espero el momento en que tu mismo te des cuenta de que hace mucho tiempo que decidiste no regresar. Ahora solo tienes que encontrar los motivos.
Fue mucho más fácil que te marcharas diciendo que ibas a volver. Aunque quizás, como tu, que ya tomaste las decisiones sin saberlo aun, yo ya sabía, en el fondo, que te ibas para no volver. Se feliz. Pero FELIZ con mayusculas. Aquí o ahí
de rAnita nOe
Comentarios
Con tu permiso, un beso
Moraleja: dejad el cerebro para las matemáticas, porque no sirve para mucho más.
Pero espero que TÚ también seas feliz.