No me equivocaba yo al decir que iba a ser un fin de semana intenso. Y todavía no se termina. Mi corazón está dividido (desde hace algunos años) y hoy he redicibo noticias de las dos partes del "charco". Las noticias del hemisferio Sur han sido bastante tristes (Kevin, se que leerás esto, así que te mando un abrazo fuerte y mucho ánimo..).
Las noticias del hemisferio Norte han sido más alegres, una de mis compañeras del colegio, de esas de toda la vida, ha terminado su carrera de medicina. Y aunque no he tenido nada que ver con eso me siento muy orgullosa de ella, (nuskita, espero que el MIR sea pan comido!). Al mismo tiempo he hablado con mi padre, cosa que siempre es edificante, cómo dijo sabiamente un amigo mío sobre su padre "mi padre tiene doble personalidad, es padre y amigo".. La conversación ha girado en torno a las cosas que están pasando aquí ultimamente (demasiado alucinantes para explicarlas, por el momento) y como estoy intentando hacerme a la idea de hasta donde he llegado. Los que seguís el blog (algunos fieles anónimos como mi tía L.) pudisteis leer la semana pasada sobre mi propia fragilidad. Ese post fue resultado de un choque con la realidad, que no esperaba y que todavía estoy asimilando. Después de estos meses aquí, con todas las cosas que han ocurrido y de darle una mirada al pasado me pregunté ¿Porqué yo? Ruben me contestaría ¿Porqué no?. Y es una buena respuesta. Pero no es suficiente para mi. No tengo edad suficiente para remontarme a un pasado muy lejano, pero si miro a la que era yo, cinco años atrás, os puedo asegurar que no me reconozco. Estoy segura de que algunos de mis amigos de argentina tampoco me reconocerían. La semana pasada me di cuenta de la magnitud de las decisiones que tome hace cinco años. Y me dolió, no fue el mismo dolor que sentí al romper aquella relación que duraba casi 3 años. Ni siquiera me pude, ni puedo, imaginar como sería yo ahora si siguiera con Juan. Uf, parece que había sido tabu hablar de esto hasta ahora. Hay cosas que no puedo cambiar, como la imagen que tengo de él. Hace 5 años que no nos vemos. Pero me miro a mi y a todas las cosas que me han pasado y veo a alguien totalmente diferente. Soy un mosaico. No tengo nada de valor por si solo, pero cada cosa que soy, cada persona que me rodea y deja algo en mi, forman un conjunto que me hace ser quien yo soy. No estoy evadiendo responsabilidades sobre mi manera de ser, ni echandole la culpa a nadie. Todo lo contrario. Sin cada una de las personas que han entrado y salido de mi vida, cada amigo, cada situación, no sería quien soy. Y ahora me miro y aunque disto mucho de la perfección me gusta lo que veo.
de rAnita nOe
Comentarios