La mirada acuosa perdida en el horizonte. Los labios apretados, formando una delgada línea, sólo se abren para dejar escapar el aire que retenido en tus pulmones se deja ir de la misma manera que la conversación languidece. Tus manos se aferran al andador con la misma fuerza que tú te aferras a la vida. Sabiendo que es una batalla perdida. No hay un día que lo pases sin saber que tu esfuerzo es en vano, que la enfermedad te tiene ganada la batalla, pero no cejas en el intento de ganarle terreno, sin queja, en silencio.
de rAnita nOe
de rAnita nOe
Comentarios
Gracias a que estamos en manos del Creador, a que confiamos en él como Redentor y sabemos que aparte de misericordioso y clemente, es sobre todo el Señor de la Vida, el sabe cuanto tiempo de nuestra vida eterna, de esa vida abundante que el vino a darnos, tenemos que usar aquí, pero para eso tenemos que pulir nuestro carácter, y nuestra reacción ante lo que nos rodea es lo que importa.
Puede ser que esté viejo/a.
Puede parece débil.
Puedes pensar pobrecillo/a.
Pero está luchando la madre de todas las batallas la batala contra si mismo/a, no dejarse caer, no rendirse, mejorar, cambiar , ser cada día mejor, reflejar mejor a Jesús.
Aunque a veces el miedo asome a los ojos, y se vea desvalido/a y débil, mira bien, trata de ver la realidad.
A su lado hay por lo menos un ángel excelso en fortaleza que tiene como misión protegerle, aunque de vez en cuando ese ángel en vez de protegerle de peligros externos tiene que aletear para disipar la atmósfera de duda e inredulidad que le rodea.
Pero el ángel sigue ahí, Jesús le envió, Jesús intercede , Jesús venció, el/ella también puede.
Que vuestros momentos compartidos te ayuden a estar atenta y tratar de ser para el/ella ese aleteo de ángel.
Que este sea un día feliz para tí
Pirilón