Un poco de música, una libreta, un boli y el ordenador. He venido a la biblioteca a estudiar. Mañana tengo el primer examen de este año. Es curioso tener las asignaturas de manera intensiva, el próximo Miércoles terminaremos las clases y todavía no soy consciente de que son las dos últimas materias teóricas de la carrera. Se me hace extraño mirar hacia atrás y ver todo el camino recorrido, extraño pero a la vez maravilloso. El tiempo ha pasado y hay momentos en los que me pregunto donde ha podido irse. Como siempre, pasa inexorable.
Nos reunimos para ponernos al día. Nuestra conversación es algo atropellada, hablamos todas al mismo tiempo, hay muchas novedades, muchas cosas que contarse y muchos motivos de alegría. Sin darnos cuenta sellamos una nueva etapa. Faltan pocos días para que cada una de nosotras salga de esta pequeña burbuja y se enfrente a otras realidades. Ya no seremos las cuatro mosqueteras, esta vez iremos solas. R. se marcha a Honduras, todo un año, ella sola, a trabajar al frente de un servicio de kinesiología en un hospital.. Increíble. A. se queda a hacer sus prácticas aquí, no por eso menos valorado, tendrá muchos retos que afrontar. N. se dedicará a sacar algunas asignaturas y a trabajar en su tesis. Yo me iré a EE.UU y después haré mis prácticas aquí. Hay algo amargo que se va aposentando entre nosotras, llega un momento de la conversación en el que la única pregunta que queda en el aire es ¿qué haremos cuando estemos tan lejos una de la otra?. Y aún sin ser la primera vez que nos separamos de alguien, que dejamos a nuestros queridos atrás esta vez somos un poco más conscientes del cambio. Ya no hay rastro de la inconsciencia de unos años atrás, en los que la novedad de las experiencias cubría la tristeza de la lejanía. Ahora más conscientes que nunca del cambio, no por ello más acostumbradas.
Empezará una nueva vida, este año tiene sabor a final. Y se presenta como el más extraño de todos. Siento una añoranza acrecentada, nada normal para las fechas en las que estamos. Sin embargo algunos recuerdos, algunas palabras o imágenes se pasean por mi cabeza dejando un rastro de lágrimas reprimidas, mi nariz cosquillea y un nudo se cruza en mi garganta. Son muchas cosas las que quisiera decir pero pocas las palabras que me socorren. La distancia duele, crecer duele. Ambas cosas necesarias, inevitables.
Desde hace un tiempo atrás me asusta soñar. No por el hecho de que sepa que mis sueños no se harán realidad, todo lo contrario. Nunca podría haber imaginado ni la mitad de las cosas que me están pasando. Dios sueña a lo grande para mí, más de lo que yo puedo esperar. No dudo. No puedo pedir más.
Casi cinco años, incontables recuerdos, y los que vendrán.
Ya no soy la misma y a la vez sigo siendo yo. He crecido.
Pai, Mai, Jos, teño saudades!!
de rAnita nOe
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