¿Qué puedes hacer cuando sientes que has perdido algo y no sabes muy bien que és? Tampoco sabes a ciencia cierta desde hace cuanto te falta, pero es en este preciso momento en el que te das cuenta de la grandeza del vacío que genera su falta... Te paras, miras a los lados cómo buscando la respuesta, desconcertado y sin saber que decir. Pero el mundo sigue, la gente sigue yendo a trabajar, sale de compras o se va de vacaciones. Mientras tú continuas mecánicamente con tu vida. Y tampoco sabes bien si es por ti o por el que dirán, pero arrinconas esa duda que te carcome hasta que consigues que pase inadvertida. Casi.
Constante como un martilleo lejano sigue en tu cabeza, se confunde con los latidos de tu corazón hasta que te acostumbras y la angustia del no saber se desvanece en el día a día, en la costumbre de no salirse del camino marcado. En la rutina de vivir sin disfrutar.
Hasta que un buen día mientras miras la televisión y comes las mismas galletas de toda la vida, que has comprado en el supermercado de siempre, algo hace que la puerta tras la que habías encerrado esa duda se abra de par en par. De golpe y sin avisar.
Y ya no eres capaz de terminar la galleta que tienes en la mano, porque te das cuenta de que encerrar las dudas no las hace desaparecer.
de rAnita nOe
Constante como un martilleo lejano sigue en tu cabeza, se confunde con los latidos de tu corazón hasta que te acostumbras y la angustia del no saber se desvanece en el día a día, en la costumbre de no salirse del camino marcado. En la rutina de vivir sin disfrutar.
Hasta que un buen día mientras miras la televisión y comes las mismas galletas de toda la vida, que has comprado en el supermercado de siempre, algo hace que la puerta tras la que habías encerrado esa duda se abra de par en par. De golpe y sin avisar.
Y ya no eres capaz de terminar la galleta que tienes en la mano, porque te das cuenta de que encerrar las dudas no las hace desaparecer.
de rAnita nOe
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