Se me mezclan las palabras y desearía poder dejarlas escapar
cómo quién deja el aire salir en un suspiro.
Vaciar la cabeza de ideas, limpiar las telarañas
y volver a empezar.
Limpieza de primavera.
Y no son mariposas en la barriga lo que siento.
Vaciar la cabeza de ideas, limpiar las telarañas
y volver a empezar.
Limpieza de primavera.
Y no son mariposas en la barriga lo que siento.
Intento detenerme a mirar, no sólo a mi alrededor, si no también
hacia dentro. Y me descubro. Incluso me sorprendo.
A veces es cómo ser otra persona.
He cambiado.
Y por momentos siento que no soy yo.
Hasta que me acuerdo cuanto me ha costado llegar
hasta aquí, entonces cada actitud, cada palabra
se vuelven inevitablemente mías, indiscutiblemente.
Hace unos días alguien me decía que utilizo demasiado el macro para las fotos.
Hoy un amigo me ha dicho que tengo una visión muy especial del mundo
y que se nota que me estoy redescubriendo a través de la fotografía.
Soy una chica macro. Porque me gustan los detalles.
Porque no lo más grande es precisamente lo importante.
Porque tanto en la fotografía cómo en la vida me gustan
las cosas que no destacan, pero están ahí.
Hay que pararse y verlas.
Pero primero pararse.
Éstas tres fotos las he sacado en la última semana, yendo o viniendo de trabajar.
Son 10 minutos caminando, pero hay una inmensidad de cosas en el camino.
Y a mí me gusta parar para ver.
Hoy un amigo me ha dicho que tengo una visión muy especial del mundo
y que se nota que me estoy redescubriendo a través de la fotografía.
Soy una chica macro. Porque me gustan los detalles.
Porque no lo más grande es precisamente lo importante.
Porque tanto en la fotografía cómo en la vida me gustan
las cosas que no destacan, pero están ahí.
Hay que pararse y verlas.
Pero primero pararse.
Éstas tres fotos las he sacado en la última semana, yendo o viniendo de trabajar.
Son 10 minutos caminando, pero hay una inmensidad de cosas en el camino.
Y a mí me gusta parar para ver.
de rAnita nOe
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