Todos tenemos derecho a cometer alguna estupidez de vez en cuando.
A tenor de lo que ayer decía, vuelve. Y sin embargo siento que algo se ha roto dentro y no sé si existe alguna manera de repararlo.
Será por el tiempo que ha pasado, por el silencio al que me he acostumbrado, pero a las nuevas palabras les escucho un eco que no me termina de convencer. Ha sido demasiado fácil, demasiado rápido, técnicamente indoloro, como si haciendo limpieza metódica de tus adentros hubieras pasado la fregona y todo estuviera reluciente. ¿Tan sencillo? Después de casi 10 meses, demasiados, las explicaciones han sido demasiado vagas e imprecisas.
Y tengo que reconocer que no he tenido las agallas para preguntarte los porques, tanto de tu partida como de tu vuelta.
Es la segunda vez en mi vida que alguien me aleja a propósito de la amistad que tenemos para "protegerme". Y yo me pregunto porque la gente se empeña en no dejarme decidir a mi si me quiero alejar o no... Me molesta que coaccionen mi amistad de esa manera, que me impongan cuando ser amiga y cuando no, pero por mi bien, claro.
Me has echado de menos y me has necesitado. ¿Cuándo decidías protegerme pensaste alguna vez que yo también te necesitaría en todo este tiempo? A veces las mejores intenciones se vuelven en nuestra contra.
Quizá no puedo adaptarme tan rápido porque sigo sin entender.
Cómo dice barb* "cuándo alguien tiene algo que decir, escucho. cuando tengo algo que decir, escribo."
de rAnita nOe
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