Me sorprendo a mi misma con este pensamiento: "Soy suficientemente madura para no actuar así."
Ayer me quejaba de que a veces me canso de serlo. Y a riesgo de parecer contradictoria, diré que hoy lo agradezco. Hoy agradezco tener la madurez suficiente para demostrarte que a pesar de tus juegos, yo sí soy sincera, no me escondo ni maquino por detrás.
Diferente situación con diferente persona.
Pero al fin y al cabo una cuestión de madurez.
Todavía no sé que me molesta más, el saber que me mientes o el que lo hagas mirándome directamente a los ojos. Supongo que las dos cosas por igual.
Antes de venir a vivir a México me consideraba buena "lectora de personas". Por su manera de hablar, sus gestos y demás. Y desde Agosto a esta parte estoy intentando aprender a leer a la gente aquí. Te dicen "A" a pesar de que piensan "B", si "A" es lo que tu quieres escuchar.
Me desconcierta. Soy una persona directa, hablo las cosas de frente y trato de hacerlo sin causar daños a nadie.
Pero me miras a los ojos y mientes.
Es difícil adaptarse a un país en el que no sabes en quién puedes depositar tu confianza. Y definitivamente he aprendido la lección de la manera más difícil. De dos personas que consideraba amigas, han resultado dos fracasos. Mentiras.
Me gusta estar aquí, me gusta lo que estoy haciendo. En muchos aspectos estoy creciendo y aprendiendo. Podré acostumbrarme al chile, al cilantro y a comer tortillas en vez de pan.
Pero espero no acostumbrarme a la falsedad.
de rAnita noe
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