Ya estoy en Londres.
Mañana ya tengo la primera entrevista de trabajo. No hay que darle tiempo al tiempo. Llegar y zas.
Confío en que Dios me ayudará a encontrar algo rápido. Me ha ayudado en todo hasta ahora, incluso a traer los kilos que tenía de más en la maleta.
Me maravillo de la manera en que las cosas se han ido dando, estoy muy agradecida y sé que Él está guiando todo.
Y por otro lado me sorprendo de la dualidad que hay en mi corazón, al recibir otras noticias y sentir tanta decepción. Decepción de las personas, que siendo más mayores, maduras y profesionales que yo, se están comportando de una manera que me deja más que anonadada.
Definitivamente no soy perfecta y me queda mucho por aprender en el ámbito personal y profesional, pero por lo menos ya tengo dos ejemplos de lo que nunca, nunca quiero llegar a ser.
Pido que Dios me ayude a conservar siempre mi sinceridad y transparencia en el trato con las personas. Y valorar sus capacidades y no su apariencia externa. Nadie, absolutamente nadie puede decir que no he dado lo mejor de mi. Para su desgracia lo mejor de mi no era lo que ellos esperaban, para mi delicia, lo mejor de mi no es ni por casualidad parecido a su prototipo de aspecto deslumbrante y hueco por dentro.
No pienso permitir que esta situación le quite ni un gramo de dulzura al sentirme bendecida por Dios en el camino hasta aquí y agradecida por sus cuidados. Todavía queda mucho de esta aventura londinense..
de rAnita nOe
Mañana ya tengo la primera entrevista de trabajo. No hay que darle tiempo al tiempo. Llegar y zas.
Confío en que Dios me ayudará a encontrar algo rápido. Me ha ayudado en todo hasta ahora, incluso a traer los kilos que tenía de más en la maleta.
Me maravillo de la manera en que las cosas se han ido dando, estoy muy agradecida y sé que Él está guiando todo.
Y por otro lado me sorprendo de la dualidad que hay en mi corazón, al recibir otras noticias y sentir tanta decepción. Decepción de las personas, que siendo más mayores, maduras y profesionales que yo, se están comportando de una manera que me deja más que anonadada.
Definitivamente no soy perfecta y me queda mucho por aprender en el ámbito personal y profesional, pero por lo menos ya tengo dos ejemplos de lo que nunca, nunca quiero llegar a ser.
Pido que Dios me ayude a conservar siempre mi sinceridad y transparencia en el trato con las personas. Y valorar sus capacidades y no su apariencia externa. Nadie, absolutamente nadie puede decir que no he dado lo mejor de mi. Para su desgracia lo mejor de mi no era lo que ellos esperaban, para mi delicia, lo mejor de mi no es ni por casualidad parecido a su prototipo de aspecto deslumbrante y hueco por dentro.
No pienso permitir que esta situación le quite ni un gramo de dulzura al sentirme bendecida por Dios en el camino hasta aquí y agradecida por sus cuidados. Todavía queda mucho de esta aventura londinense..
de rAnita nOe
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