El color de la vida depende del cristal con que se mire. Ayer me pasé todo el día en pijama, un poco de pereza y un mucho de dolor de garganta. El frío me maltrata. Por la tarde una amiga me invitó a cenar porque llegaba su hermana de viaje. Como hacía frío me abrigué bien, hoy ya no me duele tanto la garganta. El punto es que llegué a casa tarde, tipo 23.30.. No tenía sueño y gracias a la diferencia de horario pude hablar con el Sr. Presidente. He descubierto que a veces su manera de ver las cosas, su cristal, me hace ver cosas en las que yo no había pensado. Ayer hablabamos sobre la distancia y la gente que se deja atrás cuando uno viaja tanto. Yo le decía que echo de menos a mucha gente, que mi corazón ya no está entero, si no que tengo pedacitos que voy dejando en cada lugar donde voy. Con su cristal las cosas se vieron de otra manera, y cuando me acosté pensando en ello me dormí sonriendo. Esta mañana me he levantado sonriendo, cuestión de cristales. Porque es triste echar de meno...