Tengo demasiadas cosas pendientes por terminar y el tiempo corre demasiado rápido. Vuela.
Tengo conectado el modo automático y hago las cosas sin pensarlas demasiado. Se me amontonan las ideas en la cabeza y las dejo apilarse desordenadas, no estoy de ánimo para ponerme a filosofar. Sé que no sacaré nada en claro. Ahora no.
La tarea de enseñar va más allá del aula, de las clases y los horarios. Hay que enseñar a vivir. Una responsabilidad añadida que dependiendo del momento se hace un poquito cuesta arriba. Ser los oídos de historias de ciencia ficción que se materializan en las lágrimas, en las risas, en los entrecejos fruncidos, en los abrazos de aquellos que necesitan abrirse a alguien en un lugar donde las formas importan más que la sinceridad. Custodia compartida de hipotecas ajenas.
Necesito un respiro. No tener nada que hacer, nadie de quien ocuparme más que de mi. Sofá, manta, un(os) buen(os) libro(s), pañuelos, palomitas. Me van a venir bien las vacaciones.
-No niegues un favor a quien lo necesita cuando tengas poder de hacerlo. Si tienes no digas a tu prójimo "vuelve mañana y te daré"- Proverbios 3:27-28
Hago mi parte, y confío en que Dios hará el resto.
de rAnita nOe
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