La moto salió de Vigeland en pocos minutos, el viento refrescaba a los dos viajeros y el sol brillaba en todo su explendor. Después de perder de vista las calles de la ciudad se dirigieron hacia una de las montañas que la rodeaban y fueron subiendo por sus carreteras hasta llegar a una casa rural.
Ágata se desperezó cuando se bajaron de la moto y Hugo le puso la cadena a la moto. Cuando por fin estuvieron cara a cara sonrieron y ella preguntó -¿Donde estamos?.- El la cogió de la mano y arrastrandola dijo -Como que ¿donde estamos? ¡Siendo de Vigeland deberías conocer perfectamente este lugar!- Mientras se acercaban a la casa le explicó que en la revista le habían aconsejado que visitara esa casa rural por los paisajes que la rodeaban. Después de hablar con la encargada de la casa para recoger la comida que Hugo había encargado salieron y empezaron a caminar hacia la cima.
-Así que vamos de picnic- dijo Ágata mirando a Hugo. El sonrió y sacando la cámara de su funda contestó -Picnic y mucho más.- Al ver la cámara Ágata se entristeció creyendo que era otro día más de trabajo y así se lo hizo saber a Hugo, el cual mirandola significativamente le dijo que sólo iba a sacar fotos para poder recordar el paseo, no para la revista.
Siguieron caminando y charlando hasta que llegaron a una elevación del terreno donde Hugo se paró y le dijo a Ágata que cerrara los ojos, ella lo hizo y llevandola poco a poco hacia el otro lado de la elevación. La risa nerviosa atacó a Ágata cuando Hugo la hizo sentarse y le explicó que podía reclinarse hacia atrás porque había un árbol, se sentó cerca de ella y le dijo que podía abrir los ojos. Al abrir los ojos Ágata se quedó atónita al ver miles de flores a su alrededor. Hugo quedó fascinado ante la expresión de ella y lo capturó con su cámara.
de rAnita nOe
Comentarios
de todos modos le queda poco a la historia!!
jejejeje
Besos
Un besin!