Hugo arrastró a Ágata por las calles llenas de gente que salía del trabajo. Ella se dejó llevar. El entusiasmo de él la contagió y después de sacar fotos de la actividad nocturna fue ella la que arrastró a Hugo, esta vez sin decirle a donde lo llevaba. Se alejaron del centro de la ciudad, cada vez había menos gente por la calle. Las calles fueron haciendose más estrechas y empinadas. Ágata se paró frente a la puerta de una antigua casona y se giró sonriendole a Hugo y dijo -Vamos a entrar.- Hugo sonrió incredulo y contestó -No, no vamos a entrar.-
Ella sacó una vieja llave, abrió el portón y entró diciendo -A estas alturas deberías confiar más en mi, ¿no? jajaja, no soy ninguna asaltante.-
-Pe.. pe.. perdona.- balbuceó Hugo. Ella lo agarró del brazo y estiró hacia dentro.
Caminaron a oscuras por el jardín y se fueron acercando a la casa. Era una casa grande y parecía abandonada. Llegaron a un lateral de la casa y subieron por una escalera de caracol. -¿Sabes a donde vamos?- preguntó Hugo. -Claro que sí, tienes la suerte de estar en el lugar más bonito de todo Vigeland-. Al final de la escalera se extendía el tejado de la casa. Hugo se quedó anonadado. Las luces se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Sacó la cámara y empezó a sacar fotos mientras Ágata se sentaba en el tejado. Después de unos minutos Hugo se sentó junto a ella todavía sonriendo. Volvieron al piso en silencio y encontraron a Nerea dormida en el sofá del salón. Ágata la tapó con una manta y le dió las buenas noches a Hugo. Él se quedo mirandola hasta que desapareció por el pasillo y acto seguido se encerró en su habitación y se puso a trabajar intentando hacer el menor ruido posible.
de rAnita nOe
Ella sacó una vieja llave, abrió el portón y entró diciendo -A estas alturas deberías confiar más en mi, ¿no? jajaja, no soy ninguna asaltante.-
-Pe.. pe.. perdona.- balbuceó Hugo. Ella lo agarró del brazo y estiró hacia dentro.
Caminaron a oscuras por el jardín y se fueron acercando a la casa. Era una casa grande y parecía abandonada. Llegaron a un lateral de la casa y subieron por una escalera de caracol. -¿Sabes a donde vamos?- preguntó Hugo. -Claro que sí, tienes la suerte de estar en el lugar más bonito de todo Vigeland-. Al final de la escalera se extendía el tejado de la casa. Hugo se quedó anonadado. Las luces se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Sacó la cámara y empezó a sacar fotos mientras Ágata se sentaba en el tejado. Después de unos minutos Hugo se sentó junto a ella todavía sonriendo. Volvieron al piso en silencio y encontraron a Nerea dormida en el sofá del salón. Ágata la tapó con una manta y le dió las buenas noches a Hugo. Él se quedo mirandola hasta que desapareció por el pasillo y acto seguido se encerró en su habitación y se puso a trabajar intentando hacer el menor ruido posible.
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