Ya no puedo vivir contigo tan cerca. ¿Quién iba a decir que acabarías convirtiéndote en algo que me causaría tanto dolor? De pequeña me quedaba mirándote y mi imaginación volaba llegando a lugares lejanos donde siempre estabas tú. Cuando fuí lo suficientemente mayor para entender tus cambios me sentí maravillada por tu fuerza, hipnotizada por tus contrastes.
Nunca te tuve miedo, pero llegue a conocerte y a respetarte de manera que sabía cuando era el momento de alejarse para no ser víctima de tu furia. Mirando hacia atrás encuentro momentos en mi vida en los que tu eres el protagonista, en los cuales yo sentía que nada ni nadie tenía tanta importancia como tú.
Sentí como mi vida se conectaba a ti, recibiendo en muchas ocasiones la fuerza necesaria para seguir adelante.
Has formado parte de la vida de muchas personas, por lo menos de todas las que yo conozco. Todos hemos recibido sustento y vida de ti, hemos vivido pendientes de tu estado y hemos procurado devolverte algo de todo lo que tú nos das.
Siempre he visto la nostalgia en la mirada de los viejos al verse apartados de tu lado, la ilusión de los niños al tener sus primeros encuentros contigo. He visto como la gente queda hechizada cuando esta en tu presencia, miradas ausentes, momentos de reflexión en los cuales tú eras el único confidente.
Yo misma te hacia confidencias, sabiendo que mis palabras quedarían sepultadas en las profundidades de tu memoria.
Recuerdo cuando conocí a Jorge. En nuestra primera cita fuimos a verte, quise presentarte al hombre que a partir de ese momento ocuparía una parte tan importante como tú en mi corazón. Tu calma me dio a entender que le aceptabas y nuestras visitas se convirtieron en una rutina mientras vivimos cerca de ti.
Cuando llego el momento de separarnos de ti nos sentimos desarraigados, el no verte cada día hizo que nuestra felicidad no fuera completa. Cuando nacieron nuestros hijos lo primero que quisimos fue que te conocieran, que tu formaras parte de sus vidas tanto como de las nuestras. Así que al final nosotros volvimos a vivir en el pueblo, donde tú has estado siempre, sin cambiar.
Cuando Jorge se quedo sin trabajo sólo tú le ofreciste una oportunidad y aunque trabajar contigo supone renunciar casi a la vida de familia siempre pensamos que teniamos suerte de tenerte cerca.
Durante todo el tiempo que Jorge paso contigo yo pensaba en los dos, en el gran amor de mi vida y en ti, ese que ha estado conmigo desde siempre.
Pero ahora todo ha cambiado, porque tú te has llevado lo que yo más quería. En un sólo instante he pasado de creer que te conocía a sentirme traicionada. Y lo malo es que yo sabía que esto podía pasar, pero nunca pensé que descargarías tu furia sobre Jorge.
Nadie pudo prever la situación que provocaste, Jorge y los que con el trabajaban no pudieron reaccionar y caiste sobre ellos con toda tu dureza.
Los que han sobrevivido a tu ataque me dicen que Jorge peleó hasta que lo envolviste con tu mortal abrazo.
Ésta es mi última visita, vengo a decirte que me alejo de ti, ya no soporto verte actuando con indiferencia, como si nada hubiera pasado, como si no fueras responsable de todo. He alquilado una casa a varios kilómetros de aquí, donde no tenga que verte cada día, pero donde pueda seguir sintiendo tu olor, porque a pesar de todo se que si me separara completamente de ti acabaría perdiendo la razón.
titulo - EL MAR-
de rAnita nOe
Nunca te tuve miedo, pero llegue a conocerte y a respetarte de manera que sabía cuando era el momento de alejarse para no ser víctima de tu furia. Mirando hacia atrás encuentro momentos en mi vida en los que tu eres el protagonista, en los cuales yo sentía que nada ni nadie tenía tanta importancia como tú.
Sentí como mi vida se conectaba a ti, recibiendo en muchas ocasiones la fuerza necesaria para seguir adelante.
Has formado parte de la vida de muchas personas, por lo menos de todas las que yo conozco. Todos hemos recibido sustento y vida de ti, hemos vivido pendientes de tu estado y hemos procurado devolverte algo de todo lo que tú nos das.
Siempre he visto la nostalgia en la mirada de los viejos al verse apartados de tu lado, la ilusión de los niños al tener sus primeros encuentros contigo. He visto como la gente queda hechizada cuando esta en tu presencia, miradas ausentes, momentos de reflexión en los cuales tú eras el único confidente.
Yo misma te hacia confidencias, sabiendo que mis palabras quedarían sepultadas en las profundidades de tu memoria.
Recuerdo cuando conocí a Jorge. En nuestra primera cita fuimos a verte, quise presentarte al hombre que a partir de ese momento ocuparía una parte tan importante como tú en mi corazón. Tu calma me dio a entender que le aceptabas y nuestras visitas se convirtieron en una rutina mientras vivimos cerca de ti.
Cuando llego el momento de separarnos de ti nos sentimos desarraigados, el no verte cada día hizo que nuestra felicidad no fuera completa. Cuando nacieron nuestros hijos lo primero que quisimos fue que te conocieran, que tu formaras parte de sus vidas tanto como de las nuestras. Así que al final nosotros volvimos a vivir en el pueblo, donde tú has estado siempre, sin cambiar.
Cuando Jorge se quedo sin trabajo sólo tú le ofreciste una oportunidad y aunque trabajar contigo supone renunciar casi a la vida de familia siempre pensamos que teniamos suerte de tenerte cerca.
Durante todo el tiempo que Jorge paso contigo yo pensaba en los dos, en el gran amor de mi vida y en ti, ese que ha estado conmigo desde siempre.
Pero ahora todo ha cambiado, porque tú te has llevado lo que yo más quería. En un sólo instante he pasado de creer que te conocía a sentirme traicionada. Y lo malo es que yo sabía que esto podía pasar, pero nunca pensé que descargarías tu furia sobre Jorge.
Nadie pudo prever la situación que provocaste, Jorge y los que con el trabajaban no pudieron reaccionar y caiste sobre ellos con toda tu dureza.
Los que han sobrevivido a tu ataque me dicen que Jorge peleó hasta que lo envolviste con tu mortal abrazo.
Ésta es mi última visita, vengo a decirte que me alejo de ti, ya no soporto verte actuando con indiferencia, como si nada hubiera pasado, como si no fueras responsable de todo. He alquilado una casa a varios kilómetros de aquí, donde no tenga que verte cada día, pero donde pueda seguir sintiendo tu olor, porque a pesar de todo se que si me separara completamente de ti acabaría perdiendo la razón.
titulo - EL MAR-
de rAnita nOe
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